Segundas Oportunidades:

 

         Capítulo 29:

Habían pasada ya varias semanas desde que aconteciera en Cleveland el último Apocalipsis. Unas semanas muy duras y terribles para una joven que lo perdió todo en aquella batalla.

Jocelyn se había trasladado a su casa aunque su amiga Susan había regresado ya de sus vacaciones. No podía regresar con ella, cada lugar de aquella casona donde había vivido unos días maravillosos con Spike le recordaba a él, cada olor, cada sonido....... todo lo que rodeaba aquella gran casa hacía que sus recuerdos volaran al pasado, a tiempos felices y añorados pero...... dolorosos ahora en la soledad de su dormitorio.

 

Desde ese fatídico día no había sido capaz de abrir el diario de su abuela, se pasaba largas horas observando sus pastas ennegrecidas y amarillentas por el paso del tiempo. Parecía un ser apático y sin vida, la ilusión ya no ondeaba en su mirada ahora triste y perdida. Todo lo sucedido había sido demasiado para ella, su corazón ya no resistía más dolor. Le había tocado vivir una dura vida plagada de desgracias y de soledad. Desde muy joven el destino le había jugado malas pasadas, pocos habían sido los momentos felices que recordaba al mirar atrás en el tiempo. Esos momentos no sólo fueron mínimos en su vida sino que además fueron excesivamente breves aunque también intensos.

 

Susan solía pasar por casa Summers a visitar a Jocelyn. Intentaba animarla, hacerla sentir querida, darle su apoyo y ofrecerle su compañía pero...... ella no parecía despertar de su cruel letargo. Entendía su dolor, un amor tan grande, tan intenso, tan fuerte, tan bello y puro no podía ser olvidado y desechado a los más recónditos lugares de la mente y el corazón en tan poco tiempo, quizás nunca lo lograría pero al menos debía intentarlo. Esa llama que se había encendido entre ellos, esa complicidad que surgía de cada uno de los jóvenes cuando sus miradas y sus cuerpos se mezclaban........ tardaría en ser olvidada.

 

 

En otro lugar elevado y alejado de la tierra.........

 

Spike se hallaba de nuevo en la sala oscura y fría en la que pasó tantos años la última vez que su cuerpo murió. El recuerdo era tan vivo, estaba tan fresco en su mente..... que parecía ayer cuando salió de aquel extraño lugar. Había regresado de nuevo al Limbo.

 

La habitación estaba anormalmente vacía, no estaba tal cual la recordaba, no había almas esperando un juicio que no llegaba, no había imágenes espectrales que pululaban alrededor de él, no había ánimas y seres horrorizados con gestos de desesperación. Todo estaba en silencio, envuelto en una quietud que hacía que el cuerpo del vampiro temblara de la impresión. Sólo estaba él..... como durante casi toda su vida. Soledad.

 

Comenzó a pasear de un lado a otro ligeramente malhumorado. No entendía qué demonios hacía de nuevo allí, había salvado el mundo por segunda vez, había muerto de nuevo por ello....... qué era lo que una persona debía de hacer para poder descansar tranquilo y en paz??? Pensaba el vampiro mientras escrutaba cada rincón de esa oscura sala y movía las manos de un lado a otro con nerviosismo incontrolado. Acaso no había sido ya suficiente sufrimiento???

 

Una voz lo sacó de sus pensamientos asustándolo ligeramente mientras todo su cuerpo respondía a la interrupción con un pequeño respingo.

Se dio la vuelta con rapidez para observar como el Juez que lo había juzgado hacía ya más de 60 años estaba frente a él, mirándolo. La sombra que parecía formar la imagen de un hombre se acercó al vampiro. Cuanto más cerca se encontraba de él Spike podía constatar que se trataba del mismo ser que le había hablado años atrás. Lo miraba pensativo mientras se acercaba con seguridad. Una sonrisa surgió de sus etéreos labios cuando se plantó frente al joven que lo miraba con el ceño fruncido y enfado creciente. Pasados unos minutos el Juez le habló con voz solemne;

 

Juez: Hola de nuevo Spike.........   - sonrió vagamente-......... mucho tiempo ha pasado  desde tu última visita   - lo miraba fijamente con sus cuencas medio vacías, sólo llenas del aire de la estancia que lo impregnaba todo. El vampiro lo miraba con gesto de impaciencia, una impaciencia que crecía al mismo ritmo que su nerviosismo y su mal humor-   Muchas cosas han pasado desde entonces.......

 

Spike: Ahórrame el discurso por favor   - dijo con tono socarrón y levemente enfurecido-   estoy cansado de tus juegos....... sólo quiero descansar de una vez....... es tanto pedir???? Por Dios!!! Creo que me lo merezco!!!! Tan complicado es eso???   - preguntó al magistrado que se le acercaba con lentitud hasta ponerse muy cerca de él, tan cerca que el vampiro podía ver a través de su cuerpo las pequeñas antorchas que crepitaban detrás de él, contra la pared, rojas y chispeantes-

 

Juez: Comprendo tu mal humor, mi querido Spike pero ahora debes calmarte y acompañarme....... tenemos una charla pendiente......... lo recuerdas???   - decía mientras en sus labios se dibujaba una sonrisa sincera-

 

Spike lo miraba atentamente sin mediar palabra. Estaba entre asombrado y entristecido, no sabía muy bien qué era lo que se proponía ese hombre pero....... estaba dispuesto a averiguarlo??? Tenía ganas todavía de entrar en su juego?? Para qué??? Para sufrir más aun??? No quería sentir de nuevo más dolor en su corazón. Lo miró a los ojos y comenzó a hablar con gesto duro.

 

Spike: Y si me niego a acompañarte...... qué pasaría???   - preguntó con tono desafiante. El Juez lo miró entre divertido y asombrado, realmente ese chico tenía mal genio, pensó. Sonrió cálidamente y le contestó con seguridad-

 

Juez: Bien, como quieras pero....... entonces....... nunca más volverás a verla  - el vampiro abrió los ojos en demasía al escuchar las palabras que acababa de pronunciar el magistrado. Su mirada brillante pareció chisporrotear dentro de sus ojos como luciérnagas en una noche cerrada. La ilusión por fin apareció en ella. Un calor muy grande y reconfortante lo recorrió de arriba abajo mientras su alma resucitaba de su triste letargo. El Juez lo miraba entusiasmado con la reacción del joven. Su rostro expresaba tantos sentimientos, tantos buenos recuerdos, tanto amor..... pero también expresaba un dolor intenso e interno, escondido y arraigado muy dentro de él. Esos sentimientos encontrados dentro de una misma persona hicieron que el Juez enmudeciera impresionado, en verdad ese vampiro era el único ser que lo podía asombrar a esas alturas. Intentó tranquilizarse y serenar la voz para continuar hablando-  Sígueme Spike  - su tono pareció solemne de nuevo-

 

El vampiro comenzó a andar tras los pasos del ser etéreo, unos pies que no rozaban siquiera el suelo por el que pasaba.

Volvieron a atravesar los mismos pasillos que hacía 60 años, Spike los recordaba bien, en verdad era difícil olvidarlos. Oscuros, alargados, penetrantes, húmedos, el olor a rancio se hacía más patente aun en la curvas como si allí las paredes se secaran con más dificultad. El mismo silencio agobiante, la misma quietud estridente, la misma incertidumbre por un futuro incierto. Todo parecía estar igual que cuando lo visitó por última vez, parecía que allí el tiempo no pasara igual que en la tierra. Una sombra cruzó por su mirada al recordar los 30 años que había pasado él allí encerrado pensando que sólo habían sido días. Se entristeció de repente.

 

No tardaron en llegar a la gran sala de reuniones donde se encontraba la enorme mesa victoriana. Estaba todo de la misma forma, las sillas situadas frente a la mesa, el sillón separado a un lado donde Spike esperó su sentencia, todo igual excepto que....... en esta ocasión no había nadie sentado a la mesa, no había cuchicheos ni alboroto, sólo estaban él y el Juez, cara a cara.

El joven tomó asiento en una de las numerosas sillas que rodeaban la mesa y el magistrado hizo lo mismo, junto al vampiro. Spike lo miraba impaciente, quería saber lo que le deparaba el futuro, quería saber si pronto la vería, si pronto podría tenerla entre sus brazos, besarla, sentirla, amarla.

 

Juez: Bueno, veo que estás impaciente por conocer tu destino así que...... iré al grano  - el vampiro asentía rápidamente-   En todo este tiempo te has comportado de una forma...... ummmmm.......  – dudó un momento mientras pensaba en la palabra exacta que debía usar. Cuando la encontró sonrió y continuó hablando-....... un tanto desconcertante. Primero la desesperación y el odio te dominaron, después, con el paso del tiempo, estos sentimientos se fueron enfriando y fueron sustituidos por la desilusión y la desesperanza   - el vampiro lo miraba fijamente, sin siquiera parpadear-  Una desilusión que te ha impedido disfrutar de la segunda oportunidad que te brindamos   - el chico estuvo a punto de replicar pero un gesto del Juez le hizo cerrar la boca y agachar la cabeza con tristeza. El magistrado lo miró de nuevo y continuó hablando-   Pero todo esto estaba previsto  - sonrió. El vampiro levantó la cabeza con celeridad mientras lo observaba extrañado por su comentario-  Sé que lo que te pasó fue terrible, Spike. Sé que sufriste mucho, que te costó mucho tiempo, muchos años levantar cabeza después de aquello. Entiendo como se ha desarrollado toda tu vida desde el día en que perdiste la vida en Sunnydale y, e de decirte que has evolucionado como debías, como estaba previsto   - el chico lo seguía mirando con el asombro dibujado en su rostro. El Juez se dio cuenta y se dirigió a él más tranquilo y sereno-   Sí, Spike, sabía que el segundo Apocalipsis estaba cerca, sabía que tú nunca dejarías sola a tu amor, sabía que tú estarías junto a ella en todo momento. Confiaba en que tú lo pararas. Confiaba en tus posibilidades........

 

Spike: Creo que se ha excedido en su confianza en mí  - dijo mientras su rostro se ruborizaba levemente y bajaba la mirada para no cruzarse con la del Juez-   No estaba muy seguro de que mi plan funcionase, las profecías no son conocidas precisamente por ser muy claras e inteligibles mientras recordaba las palabras de aquel papel amarillento-   sonrió ligeramente-   pero...... veo que al final las cenizas del que volvió a la luz después de caminar por el lado oscuro de la vida lograron cerrar de una por todas el Hellmouth...  – miró noblemente al infinito recordando su heróica acción-   No sé cómo lo logré, ni quiero saberlo, sólo sé que estoy aquí de nuevo y que el mundo seguirá adelante aunque sea sin mí.

 

El Juez le escuchaba antentamente. Dejó que el vampiro terminara de hablar y comenzó a contestarle por alusiones.

 

Juez: No me he excedido en mi confianza en ti....... - dijo con rotundidad mientras negaba con la cabeza-....... y te voy a decir más. No sólo has vuelto a salvar el mundo con tu sacrificio, no sólo has salvado a esa mujer de su propia muerte y maldición estando a su lado y amándola sin barreras sino que....... has cumplido y terminado con tu redención particular, tu propia redención   - el vampiro no parecía comprender el significado de las palabras del Juez. El gesto de su rostro así lo hacía entrever así que el magistrado intentó explicar sus palabras-   Lo que quiero decir mi querido Spike es que no sólo te has dado cuenta de que tu amor del pasado era verdadero y correspondido, no sólo te has dado cuenta de que Buffy te amaba tanto como a su propia vida sino que tú, tu alma y tu corazón han sabido perdonarse los errores cometidos en el pasado. Todo esto lo has logrado con tu perseverancia, con tu humildad y con tu constancia pero también con la ayuda inestimable de Jocelyn.

Ella te ha guiado a través de un camino oscuro, te ha sacado a la luz, te ha ayudado a perdonar tus errores, a cerrar tus heridas. Habéis sabido complementaros los dos tanto que os ha servido de ayuda para salir de vuestros Infiernos particulares, unos Infiernos distintos pero...... con muchas cosas en común.

 

La última vez que estuviste aquí no te podía devolver al mundo de nuevo condeconrándote por tu hazaña ya que había algo en ti que no dejaba que tu alma descansara en paz, no estabas totalmente perdonado. Ahora tu alma yace tranquila y sosegada dentro de ti, sin el yugo de tus errores y pecados sobre una conciencia marchita........ - el brillo en los ojos del joven crecía con fuerza mientras admiraba a ese ser que le estaba hablando. El Juez se levantó y comenzó a andar hacia la zona donde se encontraba el sillón en el que Spike estuvo sentado hacía 60 años. Se paró en seco y volvió la mirada hacia el chico. Le habló con serenidad-......... quiero que veas una cosa.

 

El magistrado comenzó a hablar en alto en una lengua extraña. El tono, cada vez más intenso, provocaba en el aire una especie de viento sibilino y cortante. La voz alta y clara parecía escabullirse por cada rincón y meterse en lo más profundo del cuerpo del vampiro. De repente todo cesó.

Frente a ellos surgió de la nada una especie de lámina de cristal..... o parecía de agua?? Spike no podría jurarlo pero esa visión era realmente bella. La lámina se asemejaba a un televisor ultra plano, parecía estar viva, era muy real pero......... a la vez virtual. Parecía como si se tratara de la superficie de un gran lago donde las ondas producidas por el viento o por los seres que vivían envueltos en ella se promulgaran incesantemente hacia el infinito. El vampiro no estaba seguro de si esa visión era real o si simplemente era fruto de su imaginación.

 

Spike se acercó a la lámina y la observó con detenimiento. La tocó con sumo cuidado y de su dedo nació  una onda que se extendió por toda la superficie. Estaba fascinado, todo era extraordinario. De repente la textura pareció cambiar, ya no se veían ondas. Parecía como si un mundo de colores hubiese invadido esa visión. Algo que surgió de ella lo hizo tambalearse y perder el equilibrio, a punto estuvo de caer al suelo. Tomó aire como si de ello dependiera su vida y siguió observando la pantalla.

En ella aparecía una habitación conocida para él, era una de las habitaciones de casa Summers. El corazón le dio un vuelco. En verdad la conocía....... era la habitación de Jocelyn.

 

La imagen iba moviéndose derredor, se podía observar todo, era tan real, tan intenso que incluso se podían captar los olores y los sonidos de la estancia. El Juez miraba satisfecho al vampiro mientras éste no dejaba de asombrarse con cada nueva cosa que aparecía en la pantalla.

De repente la habitación se esfumó y miles de imágenes comenzaron a aparecer en tropel, miles de imágenes del pasado, imágenes tristes, felices, una detrás de otra como si de una película se tratara. En ellas aparecían Drusilla y Spike, él con Buffy y por último con Jocelyn. Aparecían las tres mujeres que habían ocupado su vida, que le habían marcado, cada cual más importante. Escenas de amor, de sentimientos expresados con palabras y miradas, escenas de muerte y de pasión. Todo deliciosamente unido hasta llegar a.......... ella, a Jocelyn.

La joven se encontraba tirada sobre la cama, sola. Era una escena que Spike no recordaba haber vivido y......... era normal porque era el presente aunque él aun no lo sabía.

En la imagen se veía a la joven tirada sobre su cama con el rostro cubierto por sus manos desnudas mientras su cuerpo temblaba y vibraba a causa del llanto frenético que la envolvía. Sólo con su visión el corazón del vampiro se resintió. Supo entonces que esa imagen no era del pasado sino del futuro........ más bien de su presente. Supo entonces y sintió todo el sufrimiento que envolvía a la chica que lloraba inmersa en un gran dolor. Spike apartó la mirada de la pantalla, le resultaba demasiado hiriente el observarla así, destrozada y deprimida sin poder hacer nada por ayudarla.

Miró al Juez y comenzó a hablarle de manera muy seria-

 

Spike: Cuántos días han pasado ya???   - preguntó con miedo-

 

Juez: 4 semanas y....... ella....... sigue igual de mal que el primer día, destrozada, triste, sola....... . No creo que aguante mucho más tiempo así, Spike  - el rostro del joven se endureció y se contrajo por el dolor- 

 

Cerca de la cama donde estaba tumbada la chica había una mesilla. Sobre ella un frasco cerrado de pastillas lucía atemorizante y peligroso ante la imagen rota de la joven antaño alegre. Spike lo miró asustado y aterrorizado. Miró de nuevo al Juez que observaba toda la escena con preocupación.

 

Juez: Si no hacemos algo, mi querido Spike, ella pronto no podrá más y terminará con su vida  - el chico se acercó más a la pantalla como si eso pudiera ayudar en algo a la mujer que se encontraba tumbada allí, frente a él. No podía quedarse quieto mientras ella se autodestruía. Se dirigió al Juez excitado y visiblemente nervioso;

 

Spike: Déjeme hablar con ella, por favor, aunque sea una última vez!!!    - habló con tono suplicante-  No puede dejar que ella se haga eso, no puede dejar que sufra más de lo que ya ha hecho, no puede abandonarla sola, no puede....    – las lágrimas caían ya por su rostro mientras el Juez lo miraba entristecido. La desesperación de su voz era tan patente que le destrozó el alma-

 

Juez: Por supuesto que no voy a dejar que esto pase...... por quién me tomas??? Por un ser sin corazón???   - Spike intentaba ocultar su mirada, agachó la cabeza y tomando aire le volvió a mirar esperanzado-  La última vez que estuviste aquí, como te iba diciendo, te dije que no te podía devolver a la tierra tan fácilmente porque lo que habías hecho, salvar el mundo, cerrar el Hellmouth, entregar tu vida por los demás..... era un trabajo inacabado. Mucho tiempo pensé qué hacer contigo, por eso estuviste tanto tiempo aquí Spike. Por eso se te envió de nuevo a la tierra, para terminar con tu destino, para terminar tu trabajo. Y así lo hiciste. Tu misión terminó hace días, estás totalmente redimido porque tú mismo te has perdonado   - el chico lo miraba sin comprender-  Ahora llega el momento de recoger tu premio. Volverás a la vida   - el joven lo miró ilusionado-  Volverás al mismo lugar donde moriste, donde abandonaste lo que más amabas. Debes ser rápido en tu misión, Spike porque su vida está en juego. Debes ir a buscarla y ayudarla a salir de ese Infierno en el que se ha introducido. Así no sólo la ayudarás a ella sino que te ayudarás a ti mismo   - el vampiro asintió con la cabeza con nerviosismo-  Sólo una cosa más   - dijo carraspeando ligeramente-  Recuerda que yo he cumplido con mi promesa, no podré interceder por ti la siguiente vez así que procura no morir pronto, de acuerdo???   - dijo sonriendo. El vampiro asintió de nuevo-  Aprovecha esta nueva segunda oportunidad que se te brinda y...... sé feliz.

 

Spike: De acuerdo   - dijo con brillo en sus ojos-

 

Juez: Ve entonces.

 

Con un chasquido de dedos todo se tornó oscuridad. Spike desapareció del Limbo para por fin forjarse un futuro esperanzador para los dos.

 

 

 

 

 

         Epílogo:

Spike abrió los ojos lentamente, la oscuridad en la que habían estado inmersos durante su estancia en el Limbo hizo que la luz proveniente del sol los dañara momentáneamente. Intentó acostumbrarlos a la claridad entrecerrándolos ligeramente. Tardó unos minutos en acostumbrarlos a la poderosa y purificadora luz del día.

Se levantó poco a poco y comenzó a andar bajo la sombra de unos árboles frondosos que lo aislaban de los poderosos y mortales rayos del sol.

Estaba desnudo como la vez anterior. El sol brillaba alto en el firmamento, debía de ser mediodía. Miró derredor en busca de su ropa, no la veía por ninguna parte. Comenzó a andar y a buscar entre los matorrales pero no había ni rastro de ella. De repente miró hacia un claro en el bosque, allí, a merced de la luz de los rayos solares se encontraba apilada y doblada la ropa del vampiro.

 

Se acercó a los límites del bosque donde los rayos del sol no pudieran fulminarlo como un cazador a su presa. Miraba la ropa expectante, deseoso de llegar a ella, tomarla y salir en busca de su amor. En su cabeza seguían pasando una y otra vez las últimas palabras del Juez antes de devolverlo a la vida;  <<Ve pronto a buscarla, antes de que sea demasiado tarde>>

 

Sabía que si salía a por su ropa...... la luz del sol le devoraría sin piedad dejando de su paso por la tierra un montoncito de polvo pero..... si no iba pronto a buscarla........ ella terminaría con su vida y eso sería peor que una nueva muerte.

Suspiró y comenzó a correr mientras de su garganta surgía poderoso un grito desgarrador. Llegó al claro, tomó la ropa con rapidez y volvió a la sombra. Todo su cuerpo vibraba, su respiración acelerada y entrecortada luchaba por salir airosa de su lucha contra la muerte, el miedo y la excitación del peligro se mezclaban como un perfume en el aire sibilino.

Se dejó caer de rodillas, pesadamente. Apoyó sus brazos contra el suelo encorvándose ligeramente hacia delante. La respiración no parecía disminuir en su empeño de permanecer desbocada y libre. El joven trató de calmarse mientras jadeos surgían de su garganta.

Cuando su cuerpo se tranquilizó un momento miró a su alrededor extrañado. No había rastro de quemaduras, no se veía ni humo ni sentía dolor en su cuerpo. El vampiro se incorporó lentamente y comenzó a tocarse el pecho y los brazos en busca de alguna herida. Nada encontró en su piel. De repente notó algo que no había notado por la excitación inicial de verse vivo de nuevo. Algo en su interior bombeaba y se sacudía con fuerza, algo en su interior se movía con vida y seguridad, algo en su pecho lo golpeaba con fuerza. Un gesto de asombro no tardó en colarse furtivo en su rostro. Se tocaba espasmódicamente el pecho sin comprender, sentía el latir de su corazón bajo su tacto, bajo su mano. Las lágrimas comenzaron a acumularse en la comisura de los ojos mientras su cabeza se iba dando cuenta de lo que estaba pasando, de su gran cambio, de su precioso premio. Miró hacia arriba con gesto agradecido y comenzó a ponerse la ropa mientras reía emocionado.

 

En pocos minutos estaba ya completamente ataviado con su ropa negra y su saco de cuero. Salió poco a poco al gran claro que se abría ante él desafiante. Pasos pequeños, demasiado tiempo en la sombra hacía que esa decisión, ese gran paso fuera complicado de dar. 

Primero un pie, después el otro. A cada paso el vampiro sentía la excitación del momento, el nerviosismo de la situación, la novedad del calor sobre su piel sin sentirse mutilado. Todo lo que lo rodeaba parecía ser especial, todo era nuevo y maravilloso. Había pasado tanto tiempo en la piel de un vampiro que ya no recordaba cómo era sentir esa paz, ese sosiego que reporta la luz y el calor sobre una piel viva y radiante. Todo su cuerpo parecía rodeado de una aureola de misterio y belleza sin igual. Captaba cada nueva sensación y la sentía y vivía como si fuera un regalo, algo nuevo y deseado que nunca has poseído en toda tu vida. Sí, él había sido humano hacía ya cientos de años pero....... en aquel entonces era otro. Un hombre que se dejaba guiar por los demás, que deseaba amar y ser amado sin reticencias ni barreras pero que no lo conseguía, que dejaba que su cuerpo y su alma fueran pisoteados por gente ruin y rastrera, que era humillado a cada palabra que salía de su garganta. Este William era otro, mejorado, definido, evolucionado. Ya nunca más dejaría que nadie le dijera lo pequeño que era, lo poco que valía, lo patético que parecía porque...... él había recibido su premio, y no cualquier baratija. Había recibido el perdón absoluto, no sólo el del más allá, sino también el más importante, el suyo propio. Había aprendido a aceptarse tal y como es, había aprendido a valorar su vida, a valorar lo que hacía y como lo hacía, había aprendido a valorarse a sí mismo, a perdonar y a mirar atrás sin rencor ni miedo, había aprendido a ser por fin él mismo, un HOMBRE de los pies a la cabeza.

 

Se paró en seco en medio del claro. Cerró los ojos y giró la cabeza mostrando su rostro al firmamento. Los rayos de sol lo golpeaban reconfortándolo, haciéndole sentir una paz y una serenidad increíbles. Extendió los brazos en forma de cruz mientras sonreía de forma complacida y comenzaba a girar en círculos sobre sí mismo. Por fin era humano de verdad, con sus debilidades pero también con sus fascinantes experiencias y virtudes. Su corazón golpeaba el pecho del Spike humano con fuerza y rotundidad. Había vuelto a la vida, había sido perdonado.

 

De repente su rostro se endureció y su cuerpo se agarrotó. No era tiempo de distracciones, era tiempo de actuar. Volvió a recordar las palabras del Juez, volvió a recordar las imágenes de aquella extraña pantalla, volvió a ver el cuerpo vibrante de la joven tumbada, llorando, sufriendo, muriendo.

En décimas de segundo las ideas se ordenaron en su cabeza, ya tendría tiempo más adelante para celebraciones, ahora era su tiempo, el de ella, tiempo de buscarla, de ayudarla, de hacerla sentir amada, querida, de hacerla resucitar de su muerte en vida, de traerla de nuevo a la realidad, de sentirla, de tocarla, de vibrar con sus caricias, de poseerla, de bailar en su interior y demostrar así lo que su corazón, ahora vivo, sentía  por ella.

 

Comenzó a correr con desesperación hacia casa Summers. No sabía a ciencia cierta si ella seguiría aun allí pero su sexto sentido así se lo indicaba. No tardó mucho en llegar. Su respiración entrecortada y sofocante le hacían parar de vez en cuando para recuperar el resuello. Ahora necesitaba el aire, aire vital para él, significaba vida en sus pulmones y..... no podía olvidarlo.

Llegó a la casa. Llamó con brusquedad. Ninguna respuesta. Volvió a llamar. Nada. Silencio. Miedo. Intriga y desesperación. Volvió a arremeter contra la puerta con más fuerza e intensidad. La misma respuesta terrible y agonizante.

Comenzó a andar alrededor de la casa en busca de alguna ventana abierta, de alguna esperanza. Miraba frenéticamente a cada lado, a cada rincón, intentando escrutar una salida a aquella situación. Entonces se paró y......... allí la vio, una cortina ondeando al viento, una rendija que significaba toda una vida, un espacio que significaba la salvación, una ventana entreabierta que significaba el futuro compartido.

 

Corrió hacia ella esperando no llegar tarde al interior. Abrió la ventana con fuerza, estaba anormalmente pesada como si una gran barrera se quisiera interponer entre él y su amor. No pensó en que su fuerza era humana ahora, no pensó en la falta de poderes..... el poder de la mente y el corazón hicieron el resto.

Entró en la habitación, era la ventana que daba a la sala. Pasó con rapidez por allí y se dirigió hacia la habitación de la joven, estaba vacía. El miedo lo atravesó, lo carcomía un poco más por dentro, cada vez más profundo, cada vez más intenso.

Salió frenéticamente de la estancia y se paró en el pasillo. No sabía a dónde ir, y si había llegado tarde??? Y si todo había terminado?? No quiso seguir pensando, desechó la idea intentando volver a la realidad. Movió la cabeza hacia los lados intentando evadirse de aquella pesadilla a la que le llevaban sus propios pensamientos. Se calló por un momento, dejó de respirar intentando agudizar sus sentidos y........ comenzó a escuchar, a sentir, a intentar encontrar un sentido a aquella situación.

 

Entonces fue cuando lo oyó. Llanto, dolor, miedo, soledad expresada a gritos, frustración, sufrimiento desgarrado, temor, locura, odio..... . Era ella.

 

El sonido estridente y temible venía de la parte de arriba, de la segunda planta. Spike comenzó a subir las escaleras con rapidez. Trastabilló un par de veces y a punto estuvo de caer pero....... su decisión y coraje eran demasiado fuertes como para impedir que llegara arriba lo más rápido posible.

Encaró el pasillo con nerviosismo y excitación contenida. Comenzó a andar, paso a paso hacia la habitación entreabierta que se situaba más adelante, de donde surgían el llanto y la desesperación.

Se colocó frente a la puerta, la empujó con suavidad y ésta cedió sin oponer resistencia alguna.

La puerta se abrió como un abanico mostrando la deflagración de su interior. El joven observaba entre la oscuridad creciente de la estancia. La chica tumbada, llorando. En el suelo un bote de pastillas tirado, a su alrededor decenas de pastillas desparramadas, mortalmente blanquecinas a la tenue luz que se colaba por la ranura de la puerta.

 

El miedo se apoderó de él, el miedo de un posible y fatal desenlace, el miedo a volver a fallar y a llegar tarde a su encuentro, el miedo a pasar toda una vida mortal sin ella, el miedo a no sentir, el miedo a olvidar, el miedo a llorar y morir por dentro, el miedo a perder su único apoyo, miedo a sí mismo, miedo a los demás, miedo a la soledad compartida, miedo a morir en vida.......... miedo a perderla de nuevo.

 

Se acercó poco a poco a la cama. Ella se movía ligeramente, podía oír su voz apagada contra la almohada que la oprimía. Podía sentir su soledad y su miedo, podía sentir su dolor. Se acercó más sin dejar de mirar las pastillas dibujadas en el suelo de la habitación. Trató de hablar pero el miedo le oprimía la garganta ahogándolo sin remisión. Estaba más cerca, casi podía palpar su olor con las manos desnudas. Estaba cerca de ella, cerca de su amor, cerca de su cuerpo....... .

Suspiró y comenzó a balbucear sin fuerza, las palabras aun parecían querer agarrarse a su interior y no salir de su cuerpo por miedo. Poco a poco su tono fue tomando forma e intensidad;

 

Spike: Jocelyn......   – dijo en voz baja-........ Jocy.....   –repitió esta vez con más fuerza y seriedad-........ por favor, mírame.....

 

Ella no pareció oírle o, simplemente, creyó que esas palabras provenían del pasado, fruto de su mente descompuesta y herida. Siguió llorando, esta vez con más fuerza, casi frenética. El chico se acercó más y volvió a hablar, esta vez con más sentimiento;

 

Spike: Por favor, luv, levántate y mírame...... deja de llorar, me rompes el corazón   - su voz se rompió por la emoción. Ella paró en seco de llorar. Pensó, razonó sobre las palabras que acababa de escuchar. Su cuerpo se puso rígido mientras su respiración cesaba de surgir atropellada por unos instantes. Trató de escuchar mejor, trató de separar su imaginación de la realidad, trató de discernir sus deseos de la vida real que estaba aconteciendo. Se puso de lado con los ojos llorosos cuando lo vio-

 

Dios, no lo podía creer, él estaba allí, frente a ella, como una imagen virtual que desaparece cuando intentas tocarla, cuando intentas sentirla. Su rostro era demencial, estaba totalmente perdido en un mar de oscuridad y miedo, totalmente evadido de la realidad, descompuesto por el dolor de una gran pérdida. Él la observaba casi demente por su visión, por lo que ella debía haber pasado. Volvió la mirada a las pastillas y la miró de nuevo a los ojos preguntándole con sólo una mirada qué había estado a punto de hacer, qué había hecho, qué había pasado por su cabeza para llegar siquiera a pensarlo.

Ella se dio cuenta de su pregunta, sintió su mirada inquisidora, llena de dolor y de preguntas sin respuesta, sintió vergüenza de sí misma al ver la duda reflejada en el rostro del joven. Las lágrimas comenzaron a surgir de sus ojos. No podía contenerlas de nuevo, no por más tiempo. Negaba con la cabeza, sufría con el corazón.

 

El joven se acercó a ella lentamente para no asustarla. No era un fantasma, no era un recuerdo del pasado, era simplemente ÉL. Se puso frente a ella, de cuclillas. Su mente voló al pasado, a la primera vez que sus cuerpos se hicieron uno solo, que sus almas se juntaron, que sus cuerpos se amaron.

La miraba expectante. No quería dañarla más. Ella parecía estar muerta por dentro, era hora de ayudarla a sentir, era hora de ayudarla a vivir;

 

Spike: Hola amor   - hablaba con voz dulce y sincera-   He vuelto para estar contigo....

 

Ella negaba con la cabeza no creyendo lo que sus ojos le mostraban, creyendo alucinar o soñar despierta. El chico le sonrió y le volvió a hablar, esta vez, le acarició la mejilla demostrando que era real, que lo que sus ojos mostraban no era un espejismo creado por su propio dolor. Ella cerró los ojos al sentir su tacto suave y conciso sobre su piel, sintió el olor introducirse en su interior como un ladrón robando su esencia. Él la admiraba embelesado..... cuánto tiempo llevaba queriendo tocarla, sentirla, besarla;

 

Spike: He venido a por ti mi querida Jocelyn, a salvarte de tu propia soledad.....   – tomó la mano de la joven y la colocó sobre su pecho. Ella notó como su corazón latía con fuerza en su interior, como la vida recorría cada tramo de su cuerpo, como las venas dejaban fluir en ellas la sangre de la vida. Las lágrimas comenzaron a recorrer sus mejillas mientras su mente se daba cuenta de lo que había sucedido, él estaba vivo y había regresado para estar con ella. Una gran sonrisa iluminó su rostro marchito durante tanto tiempo. Spike la imitó y la sonrió mientras se levantaba y hacía lo mismo con ella tomándola por los hombros. Los dos se miraron mientras sus manos se unían en un baile sensual y bello-   Te amo, pequeña, mi amor por ti me ha traído de nuevo aquí para estar a tu lado, para sentir y pasar la vida contigo. Te amo como nunca he amado a nadie   - depositó un dulce y sensual beso que lo cubrió todo en ella mientras su cuerpo temblaba de arriba abajo- 

 

Jocelyn: Yo también te amo, no sé qué ha pasado allí donde has estado, sólo sé que estás aquí de vuelta, a mi lado y que tu corazón late como el mío   - se acercó a él sin dejar de admirar sus ojos, su mirada tirna y sincera-    Nuestro amor es tan grande que ni la muerte ha podido romperlo   - le acarició la mejilla dulcemente-  Bienvenido a mi corazón de nuevo.

 

Y ambos se fundieron en un apasionado y sensual beso.

 

 

 

Pasados unos años............

 

Casa Summers era un nido de amor, risas y griterío. Dos niños, una niña y un niño,  correteaban de un lado para otro sin parar de reír y juguetear.

En otro lugar de la casa, en una habitación del primer piso, Spike sostenía en brazos un bebé. Lo miraba hipnotizado mientras lo acunaba tiernamente contra su pecho y le cantaba una canción.

 

Spike: Así William   - hablaba en susurros mientras depositaba un dulce beso en la frente del niño-   duérmete mi pequeño.....

 

 

Desde la puerta, apoyada sobre su hombro, Jocelyn miraba embelesada la escena que se dibujaba deliciosamente frente a ella. Una sonrisa surgió eterna de sus labios. Spike levantó la vista de su precioso niño y la miró. Los dos se fundieron en una mirada que lo expresaba TODO.

 

 

 

 

 

               FIN

 

 

 

 

 

 

Ausencia

 

Apenas te he dejado,

vas en mí, cristalina

o temblorosa, o inquieta, herida por mí mismo

o colmada de amor, como cuando tus ojos

se cierran sobre el don de la vida

que sin cesar te entrego.

 

Amor mío,

nos hemos encontrado

sedientos y nos hemos

bebido toda el agua y la sangre,

nos encontramos

con hambre

y nos mordimos

como el fuego muerde,

dejándonos heridas.

 

Pero espérame,

guárdame tu dulzura.

Yo te daré también

una rosa.

 

 

                                 Pablo Neruda

 

Fin

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